Madre, oh, dulce madre del cielo 

a ti por nosotros pedimos.

El destino de nuestra patria en tus manos está, 

estamos necesitados de tu manto estrellado, 

carecemos de esperanza,

guía a tu pueblo hacia tus brazos.

En las calles de asfalto, donde el dolor se encierra, 

donde la esperanza lucha, pero a veces se yerra, 

tus manos son refugio, tu manto consuelo,

ante la tempestad en tu regazo hallamos vuelo.

Migrantes, hijos errantes, cruzan desiertos y mares, 

Buscando un futuro, librando batallas singulares.

En sus rostros cansados, llevan la carga del viaje, 

Suplicando tu guía, en este peregrinaje

México, tierra amada, en tus venas corre dolor, 

Pero en tus hijos palpita el anhelo del mejor.

Con María a nuestro lado, no tememos el destino, 

Pues en su manto sagrado, hallamos paz y camino.

En cada amanecer, en cada atardecer

bajo tu mirada aprendemos a andar, 

madre de la tierra madre de la nación

tu amo nos fortalece, tu guía es mi canción

Que tu dulce corazón sea nuestro resguardo,

en tiempos de duda y desvarío, tu seas fiel refugio. 

Se el sendero luminoso en nuestro caminar,

y en tus manos depositamos nuestro hogar.

Tu amor madre mía, hace de la vida 

como bailar con lirios y tocar una estrella, 

con tu dulce corazón, Virgen María

eres nuestra luz y salvación.